El Encinar

Los encinares cantábricos son “islas mediterráneas” en la España húmeda, que nos hablan de las condiciones ambientales del Terciario, cuando el clima era más cálido y estos bosques cubrían toda la región.

Cuando las condiciones cambiaron a lo largo del Cuaternario, el clima se hizo más húmedo y frío, y estos bosques retrocedieron hacia el sur. Sólo quedaron algunos testigos que actualmente ocupan zonas de afloramientos calizos y fuerte karstificación, en las que por mucho que llueva, el agua escapa rápidamente hacia las profundidades de la tierra, impidiendo que los suelos se encharquen. Estas condiciones se dan en muchos montes de Escalante, como Montehano, Pomina o El Llosón. Y en otros colindantes como El Buciero, El Cincho o Mijedo.
La importancia ecológica de los encinares en estas latitudes es enorme:

  • Son formaciones de una increíble diversidad biológica, ya que en ellos se mezclan el mundo atlántico y el mundo mediterráneo.
  • Bosques austeros, son la única comunidad vegetal capaz de vivir sobre estos peñascales, protegiendo el suelo de la erosión.
  • Junto a estos valores ecológicos, destaca el valor paisajístico de estos bosques, que llegan al borde del mar y muestran la belleza mixta que da lo mejor de lo mediterráneo y de lo atlántico.

    Sus Habitantes

    Un bosque dominado por la encina (Quercus ilex), a la que acompañan el laurel (Laurus nobilis), el madroño (Arbutus unedo), el acebo (Ilex aquifolium), los mostajos (Sorbus aria y S. torminalis), el majuelo (Crataegus monogyna), el endrino (Prunnus espinosa) y el aladierno (Rhamnus alaternus).

    Especies trepadoras como la zarzaparrilla (Smilax aspera), y la nueza negra (Thamus communis), junto a otras especies como el rusco (Ruscus aculeatus) forman impenetrables sotobosques que aumentan la magia de estas formaciones.

    En los claros, donde penetra algo de sol, encontramos especies mediterráneas como el espliego (Lavandula latifolia), y la cornicabra (Pistacia terebinthus).
    La fauna asociada a los encinares cantábricos es muy abundante y variada. Pequeñas aves como el petirrojo (Erithacus rubecula), la tarabilla común (Saxicola torquata), el jilguero (Carduelis carduelis), la curruca capirotada (Sylvia atricapilla) y cazadores de mayor tamaño como el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), el cernícalo común (Falco trinnunculus), la lechuza (Tyto alba) y el milano negro (Milvus migrans). Entre los mamíferos destacan el erizo (Erinaceus europaeus), la garduña (Martes foina), la jineta (Genetta genetta), el zorro (Vulpes vulpes), el tejón (Meles meles) y el jabalí (Sus scrofa).

    Los encinares cantábricos son bosques vulnerables. Sus mayores amenazas son los incendios forestales y la excesiva extracción de leñas.

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